- Nov 07, 2013 • 20:34h
- 9 comentarios
José Martí: vehemente
Julián del Casal: frívolo
Regino Boti: rebuscado
Carlos Loveira: localista
Nicolás Guillén: folclórico
José Lezama Lima: ininteligible
Jorge Mañach: didáctico
Cintio Vitier: beato
Eugenio Florit: trivial
Alejo Carpentier: engolado
Virgilio Piñera: deliberado
Eliseo Diego: afectado
Cabrera Infante: digresivo
Reinaldo Arenas: virulento
Fina García Marruz: timorata
Gastón Baquero: grandilocuente
Heberto Padilla: prosaico
Severo Sarduy: grotesco
Guillermo Rosales: descentrado
Lorenzo García Vega: incoherente
Y tres rápidas reflexiones, a manera de postdata:
-Es labor (bastante olvidada) de la crítica literaria dar con la palabra precisa que mejor resume las virtudes —pero también los defectos— de un escritor. Los rasgos enlistados no son defectos personales sino taras de estilo, aunque es posible que en ocasiones muestren también las de la personalidad.
-Un canon puede construirse también a partir de los defectos más sobresalientes de los escritores de determinada tradición. Eso que Harold Bloom acuñó como la “angustia de las influencias” es un proceso identificable también en la genealogía de esas imperfecciones. Escoger un lugar en la tradición es también escoger nuestros defectos preferidos.
-A menudo la línea que separa los grandes defectos de las grandes virtudes de un escritor es borrosa, imprecisa. Casi siempre acaban confundiéndose, y la cualidad definitiva termina siendo cuestión de intensidad, de matices.
Ernesto Hernández Busto
Barcelona
JAJAJA. Muy refrescante, y n0 menos cierto.
Qué es ser escritor, qué es hoy literatura?
Esa es la pregunta que me surge.
Una sola mujer, y para eso timorata.
Por cierto Ernesto, no puedo dejar de felicitarte por ser capaz de resumir cada autor en una palabra. Así nos regalas tiempo, algo más valioso que el dinero.
¡Magnífico resumen!
Aunque ciertos defectos no son más que rasgos de estilo. Quién carece de ellos no tiene personalidad.
¿Solamente una mujer en esta tribu?
Ah, pillín… 🙂
Y despues dijiste; Hagase la luz!
¿Y de los vivos?